Tema A.

Estructura del razonamiento

Subtema 1.

Para identificar razones y conclusiones

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Buen día, te doy la más cordial bienvenida a este espacio de reflexión:

  • ¿Has considerado cómo afecta a lo que se dice, la forma en que se dice, siendo ambas, partes de la capacidad argumentativa?
  • Si es así, ¿conoces cuál es la estructura de razonamiento que puedes utilizar para analizar un argumento?
  • De manera que, ¿podrías identificar las razones en una argumentación y las conclusiones que derivan de ellas?

A lo largo de este tema, podrás adquirir herramientas para identificar con más claridad los supuestos en una argumentación.

¡Continuemos!

Elena - Instructor


De acuerdo con la Real Academia Española (RAE), el lenguaje refiere a la facultad del ser humano de expresarse y comunicarse con los demás a través del sonido articulado o de otros sistemas de signos . Desde luego que un lenguaje también hace referencia a sus formas de uso, a sus convenciones, a sus significados, y por todo ello, a la cultura en la que se expresa y a la capacidad cognitiva para aprender a utilizar sus reglas.

El lenguaje, entonces, puede concebirse desde distintas perspectivas. Como una facultad mental que todo ser humano comparte y nos permite el entendimiento, como un sistema formal que consta de signos y símbolos, o como una herramienta que nos sirve para comunicarnos e, idealmente, entendernos.

Sea cual fuere la perspectiva lingüística que tomemos, es un hecho que el lenguaje puede emplearse para muchas cosas en nuestra vida cotidiana.

Funciones del lenguaje



Entre las muchas funciones que cumple el lenguaje, Posiciona tu cursor cada imagen para conocer algunos ejemplos:

1. Describir la realidad que nos rodea

2. Dar una indicación

3. Expresar nuestras emociones

4. Contar una historia, un cuento, un poema

5. Referirse al propio lenguaje y sus reglas, como en la gramática

Por tanto, no siempre que empleamos el lenguaje utilizamos “razones”. Un ejemplo muy sencillo, lo tenemos con la publicidad cuando vemos o escuchamos que tal servicio o producto “es el mejor”, pero no nos dicen necesariamente “por qué” lo es.

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Y aquí es momento de distinguir entre dos aspectos del lenguaje: las razones y las conclusiones. A primera vista, parece muy sencillo, pero ahora veremos que no lo es tanto y que podríamos confundirnos si lo tenemos claro.

Elena - Instructor


Las razones se refieren a las formas en que se presentan los argumentos para poder establecer las relaciones entre las ideas o los conceptos de los que se habla, o bien, para formar juicios. Las conclusiones, por su parte, se refieren a la argumentación que deriva lógicamente de las razones expuestas.

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Para este primer ejemplo, imaginemos que, luego de haber reprobado un examen, un estudiante de prepa, manda el siguiente correo electrónico a su maestro de química:

Elena - Instructor





Una vez leído este texto, planteemos las siguientes preguntas para identificar mejor las razones y las conclusiones.

  1. ¿Qué pretende la persona que escribe este mensaje? (Es decir, ¿qué busca concluir con su argumento?)
  2. ¿Qué motivos expone? (Es decir, ¿cuáles son sus razones para fundamentar su conclusión?)
  3. ¿Hay algo que la persona que escribe este mensaje esté asumiendo? (Esto puede hacerse de forma explícita en el texto, o implícita –entre líneas)
  4. ¿Es un buen o un mal argumento? (Es decir, ¿cuál es la calidad de la argumentación en términos de las razones expuestas y de la derivación lógica hacia una o varias conclusiones? En pocas palabras, ¿los razonamientos justifican la conclusión, o no?
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Hagamos el siguiente ejercicio. Antes de ver las respuestas más adelante, toma unos minutos para reflexionar y tratar de dar tus propias respuestas.

Elena - Instructor


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¿Qué aprendemos de un texto como este? Es importante tener en cuenta que, muchas veces, la o las conclusiones no necesariamente van al final de un texto o de una argumentación. Éstas pueden presentarse desde el inicio, o en medio. Ahora bien, en el caso de este texto, seguramente, sin necesidad de ser maestras o maestros, podemos reconocer muchas estructuras que nos resultan familiares.

Ejercicio de análisis del email


Pulsa en cada botón de pregunta para conocer la respuesta.

El uso convencional del lenguaje nos permite entender las razones que expone el estudiante, así como lo que pretende lograr. Es claro que lo que busca es obtener una mejor calificación mejor (idealmente, no reprobatoria, claro está) y las razones que expone tienen que ver con el gran esfuerzo que realizó la persona (estudió mucho, se aprendió las fórmulas, tomó apuntes…). De estas razones, deriva la conclusión de que “merece una calificación mejor”. Para el estudiante que escribió este mensaje, las razones que ofrece –haber estudiado mucho, aprenderse todas las fórmulas y haber tomado apuntes de todo lo importante—justifican su conclusión: merecer una mejor calificación.

En este punto es muy importante hacer una reflexión acerca de la forma en que hoy se nos presenta mucha de la comunicación tanto en el espacio público –es decir, aquella que tiene que ver con los asuntos que nos interesan a todas y todos—como en la vida privada –en la familia, los amigos, etc. Muchas veces leemos o escuchamos de alguna figura pública, de nuestros familiares y amigos, conclusiones que, de alguna forma, parecen derivar de razonamientos que nos ofrecen. También, muchas veces solemos escuchar que, con base en el derecho a la libertad de expresión, las personas tienen derecho a derivar las conclusiones que deseen de sus razonamientos. Y esto es verdad. Por lo tanto, algunas personas aducen “sus razones y sus conclusiones” como inatacables.

Sin embargo, una cosa es el derecho que todas y todos tenemos a derivar las conclusiones que más deseemos de las razones que seleccionemos, y otra es que tales razonamientos tengan valor en una lógica argumentativa.

La tercera pregunta nos dice, “¿hay algo que se asuma en el mensaje?” La respuesta es sí: detrás de toda la argumentación que plantea el estudiante yace la idea de que “independientemente del resultado, el esfuerzo debe ser premiado”. La clave entonces nos la dará la respuesta que podamos dar a la cuarta pregunta, “¿cuál es la calidad de la argumentación en términos de saber si las razones justifican la conclusión?”

En pocas palabras, para responder si los razonamientos justifican la conclusión, o no, es indispensable tomar en cuenta el contexto. Hay, desde luego, aspectos en la vida en los que todo esfuerzo debe ser reconocido, e incluso hasta premiado. Por ejemplo, una persona que, gracias a su esfuerzo, se está recuperando más rápido para volver a caminar luego de un accidente; o cuando hacemos nuestros primeros dibujos, tocamos nuestra primera canción en la guitarra, o decimos ya frases completas en otro idioma. Pero en el contexto de un examen en el que existe un umbral de aprobación y esto es de antemano conocido por quienes toman esta prueba, ¿se vale aducir el esfuerzo como razón para aprobar?

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Como ves al analizar el texto anterior, utilizando los cuatro cuestionamientos anteriores, nos ayuda para identificar mejor las razones y las conclusiones, teniendo en cuenta que, muchas veces, la o las conclusiones no necesariamente van al final de un texto o de una argumentación. Éstas pueden presentarse desde el inicio, o en medio.

Elena - Instructor


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Juzgar la calidad de una argumentación puede llegar a ser complejo, incluso en un ejemplo sencillo como el del estudiante, por lo que para poder hacerlo debemos entender: 1) lo que se dice; 2) lo que se asume; y, 3) el contexto.

Veamos otro ejemplo:

“Está bien que el gobierno de México trate de rescatar a Pemex. Ante una recaudación fiscal muy baja en comparación con otros países de la OCDE e incluso de América Latina, los recursos petroleros apoyan fuertemente el ingreso público. Un Pemex fuerte también implica una fuente muy importante de puestos laborales en zonas donde hay muy poca inversión industrial adicional. Y no se puede olvidar que una empresa fuerte también se traduce en soberanía energética y menor dependencia de importaciones”.

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Nuevamente, tómate unos minutos para reflexionar e intentar responder a las interrogantes: ¿Cuál es la conclusión?, ¿cuáles son las razones que apoyan la conclusión?, ¿hay algo que se asuma?, y ¿es un argumento de calidad?

Ahora consulta las respuestas.

Elena - Instructor


Ejercicio de análisis del ejemplo Pemex


Pulsa en cada botón de pregunta para conocer la respuesta.

En este texto, como en el anterior, el uso común del lenguaje nos permite entender las razones y las conclusiones. Sin embargo, a diferencia del texto anterior el hecho de poder entender cómo derivan las conclusiones de las razones, no significa que éstas sean completamente comprensibles más allá de lo que explícitamente nos dice el lenguaje. Veamos. La conclusión que plantea el texto es, “está bien que el gobierno rescate a Pemex”.

Las razones presentadas son las siguientes: a) se podría contar con mayores recursos públicos (derivado de una posible mayor producción); b) se podría contar con mayor oferta laboral (en zonas de baja inversión); y c) se fortalecería la soberanía energética. ¿Hay algo que se asuma? Sí, en este caso de forma explícita: es positivo para el país contar con una industria energética fuerte. La clave, nuevamente, está en la respuesta que podamos dar a la cuarta pregunta, “¿cuál es la calidad del argumento?”

La tercera pregunta nos dice, “¿hay algo que se asuma en el mensaje?” La respuesta es sí: detrás de toda la argumentación que plantea el estudiante yace la idea de que “independientemente del resultado, el esfuerzo debe ser premiado”. La clave entonces nos la dará la respuesta que podamos dar a la cuarta pregunta, “¿cuál es la calidad de la argumentación en términos de saber si las razones justifican la conclusión?”

Como podemos ver, para poder valorar la calidad del argumento de este segundo texto –y comprender qué tanto deriva la conclusión de las razones que se ofrecen—debemos ir más allá de la claridad con la que, a primera vista, podamos entender las palabras que se emplean. En casos como éste, puede ser que el uso del lenguaje y las palabras nos resulten claros y que, por tanto, con base en ello podamos aceptar una conclusión sin realmente haber comprendido el alcance de los conceptos involucrados ni del contexto más amplio.

Aquí vamos a introducir los indicadores argumentativos, que son palabras que en un texto nos permiten identificar con relativa facilidad las razones y las conclusiones.

En el caso de los indicadores de razones, hay palabras que nos ofrecen pistas acerca de dónde ubicar las razones en un texto. Se trata de palabras como: “porque”, “ya que”, “por”. En el caso de las conclusiones, estos indicadores se encuentran en palabras como: “Así,…”, “Por ello,…”, “En consecuencia,…”, “De ahí que…”, y todas las variantes de “por lo tanto,…”.

Distinguiendo razones de conclusiones



Lee los siguientes textos y reflexiona un instante si corresponde a una razón o a una conclusión, luego pasa el cursor sobre cada tarjeta, para conocer la respuesta correcta.

En el juego de futbol hizo una grave falta, por lo que mereció ser expulsada.

RAZÓN: establece la razón de por qué fue expulsada.

El mayordomo estaba en el supermercado. En ese momento, la señora era asesinada en su estudio. En ese caso, el mayordomo no pudo haber cometido el crimen.

CONCLUSIÓN: deriva por qué el mayordomo no pudo ser el asesino.

Los caballos son más inteligentes que los seres humanos dado que su cerebro es más grande.

RAZÓN: establece la razón de la inteligencia equina.

El ecologismo se equivoca al pensar que debemos reciclar materiales como el papel y el vidrio. El papel viene de los árboles, que son renovables, y el vidrio, al venir de la arena, hay mucha y es barata. Más aún, el reciclaje está abandonándose porque además es muy caro.

CONCLUSIÓN: deriva por qué el ecologismo se equivoca.

Muchas veces, es muy evidente lo que se está argumentando, pero otras, no es tan claro. A veces, esto se aclara preguntando a la persona qué quiso decir, pero en muchas otras ocasiones esto no es posible por tratarse de un texto escrito, un audio, video o cualquier otra plataforma en la que nos acercamos a conocer el contenido del mensaje. Si realmente deseamos comprender el sentido y la calidad de una argumentación determinada, una forma de hacerlo es reformulando el contenido y reacomodando sus frases en un orden que puede ser diferente a la versión original utilizando la conjunción “Y” antes de cada razón y las palabras “POR LO TANTO” antes de cada conclusión.

Ejercicio.


Veamos qué tal lo puedes hacer en el siguiente ejercicio. Pulsa en la flecha, para conocer la respuesta correcta.

Conclusión del subtema

Antes de concluir este primer subtema, es importante considerar las tres cosas que se muestran en el siguiente esquema:


Retoma el documento titulado “Violencia política contra las mujeres en razón de género” y reflexiona:

  1. Con base en tu análisis, ¿consideras que son válidas las razones en las que se funda la conclusión?

  2. Por otro lado, ¿qué cosas se están asumiendo?

  3. De acuerdo con todo lo anterior, ¿consideras que existe un buen argumento?

Tema A

Subtema 2.

Estructura de razonamiento, argumentos y explicaciones

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Como hemos visto, el lenguaje puede utilizarse para muchas cosas, una de ellas es ofrecer razonamientos: para explicar el mundo, para entender a otros, para que nos entiendan. En estos casos, la argumentación requiere de razones y conclusiones y, en consecuencia, emplea ciertas palabras como guía para ello.

Elena - Instructor


Muchas veces las razones y las conclusiones aparecen de forma evidente en los textos, pero otras no. Esto se debe tanto a razones retóricas (el autor no quiere ser explícito) o bien el propio autor no tiene muy claro qué y cómo decir las cosas. Aquí es donde debemos recordar el recurso de reescribir y reacomodar los textos. Como también hemos visto, una clave es utilizar las palabras “Por lo tanto” (o las que se pueden usar en su lugar) ya sea en nuestros textos o en los de otros que estemos revisando con el fin de clarificar sus conclusiones. Sin embargo, muchas veces no tenemos ni tiempo ni un interés muy profundo en hacerlo. Por ello, para poder clarificar las ideas de un texto necesitamos identificar entonces la estructura de un razonamiento.

Por estructura de razonamiento, nos referimos a las formas en que las razones y las conclusiones se presentan en la argumentación.

Habría muchas formas, pero nos vamos a enfocar en cinco debido a que suelen ser de las más empleadas en los razonamientos jurídicos y de orden administrativo. Se trata de las estructuras de razonamiento simple, secuencial, colateral, de conjunto y compleja (que pueden ser disyuntivas o hipotéticas).

Formas de Estructura de razonamiento.


Pulsa los botones para conocer las estructuras de razonamiento.

Razones y Causas

Antes de terminar este subtema, y una vez que hemos analizado los diferentes tipos de razonamientos (o argumentaciones), veamos cómo distinguir las razones de las causas. Para empezar, es necesario decir que en la vida cotidiana muchas veces las formas en que usamos el lenguaje para explicar algo –señalar las causas-- son muy semejantes a las que usamos para ofrecer razones, pero hay sutiles diferencias que para los MSPEN deben ser claras e identificables.

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Veamos un ejemplo:

  • “Lupita se enojó conmigo porque me puse sus zapatos nuevos sin permiso”
  • “Lupita tenía razón en enojarse conmigo porque me puse sus zapatos nuevos sin permiso”

¿Cuál es una razón y cuál es una causa?

Elena - Instructor


En la primera frase se ofrece una explicación del enojo de Lupita, es decir, una causa. En la segunda, se ofrece una justificación, una razón, del enojo de Lupita. En realidad, la diferencia es muy sutil y en la vida diaria en realidad la confusión puede no resultar importante. Sin embargo, en la exposición de argumentaciones jurídicas o administrativas, estas sutiles diferencias sí podrían resultar importantes bajo determinadas circunstancias.

En muchas ocasiones, una forma de distinguir entre causas y razones tiene que ver con que éstas últimas nos intentan persuadir de una conclusión. Así, en el primero y cuarto ejemplos, las razones buscan justificar las conclusiones --reducir la circulación y equidad salarial. Por tanto, si el argumento está tratando de probar la consecuencia, entonces probablemente tengamos enfrente una razón. Es importante notar en estos ejemplos, que mientras en el primer caso, la razón se ubica al final, en el cuarto se localiza al inicio. Una clave para hallar la razón es insertar las palabras “debido a” o “en razón de” antes de lo que parezca una razón para ver si hace sentido.

En el caso de los ejemplos dos y tres del esquema de Causas y razones, se trata de frases que no buscan establecer una justificación, sino simplemente señalar una causa: una muerte “a causa de” un apuñalamiento y una extinción “a causa de” un meteorito. Por tanto, si el argumento parece asumir que la consecuencia es verdadera (Julio César murió y los dinosaurios se extinguieron) probablemente estemos frente a una explicación causal (un apuñalamiento y un meteorito). Las causas asumen que la conclusión es verdadera e indican cómo ocurrió (o pudo haber ocurrido), mientras que las razones buscan persuadir y justificar una conclusión (reducir circulación y equidad salarial).

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Estos ejemplos son relativamente sencillos, pero en muchos casos esta distinción no puede hacerse sin considerar el contexto, por lo que a veces si se toma la frase aislada, no podemos estar seguros de si se trata de una razón o de una causa.

Elena - Instructor


Si no conocemos el contexto, esta frase podría contener una razón (“DEBIDO A un alumbrado público tan tenue, hay un crimen al alza”) o una causa (“Hay crimen al alza A CAUSA DE un tenue alumbrado”). Aquí requeriríamos más contexto para saber si efectivamente el crimen se ha incrementado, si antes el alumbrado público cubría más zonas o era más intenso y otros datos para poder ubicar esta argumentación. Para complicar más la cosa, también es necesario decir que hay explicaciones causales completas que pueden servir como una razón hacia una conclusión.

Sobre las plataformas electorales



Pulsa los botones para conocer más información.

“Muchos accidentes han ocurrido en este cruce porque es muy difícil ver a los coches en contrasentido desde la curva”. La conclusión se asume como verdadera (“muchos accidentes ocurren”) y la causa es “la dificultad de ver”.

“Muchos accidentes han ocurrido en este cruce porque es muy difícil ver a los coches en contrasentido desde la curva. Por lo tanto, necesitamos un semáforo”. La razón es toda la primera frase completa, y la conclusión es la segunda frase.

Ejercicio ¿Cuáles son causas y cuáles razones?


Analiza los siguientes ejemplos e intenta responder si son causas o son razones y porqué. Pulsa en los botones para conocer la respuesta.




Considerando nuevamente el documento titulado “Violencia política contra las mujeres en razón de género” reflexiona:

  1. Con base en las formas en que las razones y las conclusiones se presentan en la argumentación, ¿qué tipo de estructura de razonamiento consideras que se está utilizando?

  2. Por otro lado, ¿consideras que tienes elementos suficientes para distinguir las razones de las causas?

  3. Finalmente, ¿podría hablarse de una explicación caus

Tema A

Subtema 3.

Supuestos y Mapas Mentales

Un supuesto es cuando se presenta un argumento, e incluso en la vida cotidiana, hay cosas que no se dicen, pues “se dan por hecho”.

Los supuestos


Pulsa los botones para conocer los ejemplos.

Ejemplo 1
Ejemplo 2

Llevas a comer tacos a un amigo que los visita de Noruega por vez primera y le adviertes: “Oye, estas salsas pican mucho. Ten cuidado”.
¿Qué asumimos?

Un supuesto entonces es una creencia que es claramente aceptada o que se da por hecho en su aceptación y que no se hace explícita necesariamente. Pero a veces en la argumentación, los supuestos se hacen explícitos para funcionar como afirmaciones no comprobadas que quien argumenta da por hecho (cosas que la persona autora de un texto asume y que nos invita a asumir también) en beneficio del argumento.

Un ejemplo: Un autor nos quiere convencer de que en un sistema político democrático y justo existe una igualdad frente a la ley y todos tienen derecho a participar. Aquí puede dejar implícito el supuesto de que “el sistema que todos deseamos es uno democrático y justo”. O bien, puede hacerlo explícito y decir a continuación: “Partamos de suponer que la democracia y la justicia son aspiraciones universales...”

Supuestos implícitos más complejos


Pulsa los botones para conocer un par ejemplos de supuestos implícitos más complejos.

Diversidad

“La población civil no puede ser defendida en caso de una guerra nuclear. Por tanto, no es necesario contar con una política de defensa civil…”.

• ¿Qué es lo implícito que asume?

Diversidad

“El pobre es pobre porque quiere”.

• ¿Qué es lo implícito que asume?

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Veamos ahora un ejemplo más complejo del tipo que con frecuencia nos encontramos en los medios y secciones de opinión.

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“Debido a que la luz del alumbrado público es muy mala, tenemos más accidentes de tráfico y más asaltos de los que deberíamos. Es más, alumbran tan mal que las farolas son muy fácilmente vandalizadas. Por ello, debemos contar con un alumbrado potente de LED”.

Aquí se asume, al menos, lo siguiente:

  1. Que las razones que se ofrecen son correctas para explicar asaltos y accidentes. Y que no hay otras razones más fuertes para ello (corrupción e impunidad, pandillerismo… o que la gente no sabe manejar correctamente, o que no hay señalización).
  2. Que son vandalizadas porque alumbran muy mal.
  3. Que un buen alumbrado público favorece la seguridad.

Atención aquí: si los supuestos que nos ofrece un texto no son ciertos, la conclusión automáticamente se falsea.

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Identifica al menos un par de supuestos implícitos en el siguiente texto y considera si estos supuestos pueden ser ciertos o no y, por tanto, si la conclusión lo es.

Elena - Instructor


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“El número de crímenes cometidos por adolescentes antes de los 18 años va en aumento en este estado. Al no ser mayores de edad, muchas veces las penas son mínimas. Ello puede terminar por favorecer la situación contraria a la que se desea: en lugar de generar mayor conciencia, las penas mínimas incentivan a que se sigan cometiendo crímenes. Habría que buscar no sólo incrementar las penas a reincidentes de forma mucho más severa, sino pensar en cómo corresponsabilizar a las familias multándolas y obligando a los padres a estar presentes en todo el proceso del juicio”.

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Ahora bien, debemos recordar que, como hemos dicho ya, el contexto es fundamental y es aquí de donde podemos sustraer los supuestos, los datos, las creencias. Volvamos al mail que le manda a su maestro el estudiante de prepa que reprobó el examen de química:

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¿Qué asume? ¿En qué contexto? Podríamos señalar varias cosas, pero una muy evidente es que el estudiante asume que, como en otras clases ha aplicado este método y ha pasado, no considera que sea justo que, si para este examen también lo ha aplicado, no haya aprobado. En breve, supone que el esfuerzo es lo que debe premiarse, no el resultado. Y probablemente lo supone, no sólo porque quizá en algunos otros aspectos de su vida (contexto), le han premiado el esfuerzo, sino porque es posible que incluso esto haya sido así en algunas otras materias y clases. Lo importante entonces es comprender que el contexto de un argumento puede influir en su interpretación y su valoración, en gran medida debido a los supuestos que se implican y a su significado.

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Ahora bien, vamos a hablar aquí de los mapas mentales. Habría diferentes estrategias para generar mapas mentales a partir de los textos con los que trabajamos y, sobre todo, diferentes formas de representarlos visualmente.

Elena - Instructor


Sin embargo, independientemente de cómo decidamos hacer su representación visual, en nuestro caso nos vamos a centrar en distinguir algunas preguntas clave que debemos hacernos para valorar un argumento (y a nuestros propios textos para evaluar la solidez y calidad de estos).

Las preguntas de análisis que pueden ayudarte a identificar qué es lo que se está diciendo y de qué modo se está diciendo, son:

  1. ¿Cuál es o cuáles son las conclusiones principales?

  2. ¿Cuáles son las razones (datos, evidencia) y su estructura?

  3. ¿Qué se asume (implícito y que se da por hecho) y cuál es el contexto?

  4. ¿Qué significados deben aclararse (conceptos, términos)?
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Como podemos ver, todo lo que hemos revisado hasta aquí en este primer subtema ha estado dedicado a comprender con detalle cómo analizar la estructura de razonamiento en un texto. Aquí vamos a destacar algunos aspectos.

Elena - Instructor


Notemos que la primera pregunta es acerca de las conclusiones, pues de entrada es importante saber hacia dónde nos quiere conducir un texto. Aquí también recordemos que las conclusiones si bien por lo general son explícitas, también podrían estar implícitas en un texto y que pueden hallarse al inicio, en medio o al final de este. Si se comienza por ubicar las conclusiones organizar nuestras ideas y revisar cualquier texto si desde el inicio tenemos claro cuál es el fin que busca. A partir de aquí, también se facilita identificar las razones y los supuestos.

Sobre la pregunta 4), que aún no hemos abordado de forma directa, aunque ya algo se mencionó en el ejemplo sobre el “Rescate de Pemex”, diremos que muchas veces los conceptos y los términos que comúnmente hallamos en los textos son relativamente fáciles de entender –lo que vemos en las noticias, lo que leemos en portadas de periódicos e incluso mucho de lo que se nos presenta en internet. Sin embargo, en los casos que implican el desempeño de tareas profesionales, los textos con los que trabajamos contienen términos, ideas y conceptos especializados que exigen de nosotros conocer sus significados para poder comprender con certeza lo que nos dice un texto. Esto resulta evidente cuando hablamos de áreas como la administración, el derecho, la informática, la cartografía, la fiscalización, etc., en el caso del personal del Servicio. A veces, los mismos textos aclaran los conceptos –por ejemplo, los glosarios al inicio de iniciativas, leyes y reglamentos--, pero esto no sucede todo el tiempo. Veamos tres ejemplos:

  1. Supongamos que estamos viendo un video donde una nutrióloga sugiere cambiar nuestros hábitos y optar por “alimentos orgánicos”.
  2. Posteriormente, nos topamos con una nota que nos dice que hay una tendencia global al “populismo” en nuestros días.
  3. Y luego, escuchamos en la radio que se habla de la “cultura de la cancelación”.
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En un primer momento, muchos de nosotros podríamos llegar a suponer que “entendimos” bien todos estos términos y simplemente los registramos. Pero, si tuviéramos que exponerlos a otras personas de nuestro entorno laboral, ¿seríamos capaces de explicarlos con claridad?

Elena - Instructor


Aquí es donde podemos darnos cuenta de que una cosa es sentir que entendimos un texto, cuando no tenemos ni la necesidad de explicarlo, ni es necesariamente parte del bagaje esencial para nuestro desempeño, y otra muy distinta es entender con claridad el alcance y el límite de los conceptos. Por eso, para poder entender aquello que se dice en un texto debemos tener completa claridad acerca de cómo se emplea el lenguaje en el contexto profesional en el que nos encontramos.

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Veamos el siguiente ejercicio.

Un concepto fundamental para toda persona del Servicio es el de “democracia”. Sin consultar ninguna fuente, escribe en tus propias palabras lo que tú entiendes de este concepto en un documento de Word. Posteriormente, consulta una fuente especializada y contrasta tu definición. Finalmente, escribe una definición con la que explicarías el concepto a niños y niñas de sexto grado de primaria.

Elena - Instructor


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¿Te resultó fácil o no?

Incluso, cuando se trata de conceptos tan cotidianos para el personal del Servicio como “democracia”, no es sencillo pasar de tener un entendimiento general de ella, que pasar a explicar este concepto a otras personas.

Para concluir este primer subtema vamos a presentar la segunda parte del Mapa mental, conformado por las preguntas de evaluación que, como dijimos anteriormente, responden si los argumentos que se ofrecen en el texto son lo suficientemente convincentes como para persuadirnos. Es decir, nos sirven para hacer una valoración de los argumentos. En el siguiente tema vamos a explicar a detalle estos aspectos de la valoración, así que aquí solo presentamos las preguntas correspondientes.

Actividades de aprendizaje

Ahora que terminaste de revisar el contenido, regresa al Centro Virtual INE e ingresa a la carpeta de las “Actividades del Tema A Estructura de razonamiento, atiende las indicaciones y realízalas en el orden en que se presentan.

¡Vamos avanzando!